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Bosquejo: Acuérdate de Tu Creador

Texto Base: Eclesiastés 12:1 (RVR1960)
“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento.”

Introducción

La exhortación a recordar a nuestro Creador es una de las enseñanzas clave en el libro de Eclesiastés. El escritor, tradicionalmente identificado como el rey Salomón, expresa la importancia de tener una relación con Dios desde la juventud. Este mandato no es solo para los jóvenes, sino para todos, ya que el recordar a Dios es esencial en todas las etapas de la vida. En este estudio, profundizaremos en el significado de esta frase, sus implicaciones y cómo aplicarla en la vida diaria.

I. ¿Qué significa “Acuérdate de tu Creador”?

  1. Recordar en un sentido bíblico
    El verbo “acordarse” en la Biblia no solo significa tener a alguien o algo en la mente, sino que implica una acción. No se trata solo de tener presente a Dios en nuestros pensamientos, sino de que esa conciencia se traduzca en obediencia y gratitud hacia Él.

    • Deuteronomio 8:18: “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas.”
    • En este contexto, “acordarse” significa depender y reconocer a Dios como la fuente de todo lo que tenemos.
  2. Reconocer a Dios como Creador
    Recordar a Dios como nuestro Creador implica reconocer Su autoridad sobre nuestra vida. Él nos formó y nos dio propósito, y, por lo tanto, vivimos para Su gloria.

    • Salmo 139:13-14: “Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré, porque formidables, maravillosas son tus obras.”
    • Recordar a nuestro Creador es entender que no somos productos del azar, sino que tenemos un propósito divino.

II. El mandato: “En los días de tu juventud”

  1. La importancia de buscar a Dios desde joven
    El consejo del predicador es claro: recordar a Dios cuando uno es joven es crucial porque esos son los días en los que se forman las bases para el resto de la vida.

    • Proverbios 22:6: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.”
    • La juventud es un período de formación, donde los hábitos, valores y creencias se establecen. Acercarse a Dios en esa etapa puede marcar una diferencia eterna.
  2. La tentación de olvidarse de Dios en la juventud
    Los jóvenes tienden a sentirse invencibles, fuertes y con mucho tiempo por delante. La juventud es a menudo vista como un tiempo de experimentar y disfrutar la vida sin preocupaciones. Sin embargo, esta sensación puede llevar a olvidarse de Dios.

    • 1 Juan 2:16: “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.”
    • El mundo ofrece placeres temporales que pueden desviar al joven de su Creador. Es fácil dejarse llevar por los deseos, pero estas cosas no llenan el vacío espiritual que solo Dios puede satisfacer.
  3. Las oportunidades únicas de la juventud
    La juventud es una época de energía, sueños y oportunidades. Es cuando las personas tienen la capacidad de emprender grandes cosas para Dios. Al recordar a Dios en la juventud, se tiene el potencial de servirle de maneras poderosas.

    • 1 Timoteo 4:12: “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.”
    • Dios puede usar a los jóvenes para Su gloria cuando estos le recuerdan y le buscan con todo su corazón.

III. “Antes que vengan los días malos”

  1. La realidad del envejecimiento
    El pasaje de Eclesiastés continúa advirtiendo sobre los “días malos” que vienen con la edad. El predicador utiliza una serie de metáforas para describir el declive físico y mental que acompaña a la vejez (Eclesiastés 12:2-7). Estos días traen consigo desafíos que dificultan la búsqueda de Dios si no se ha hecho en la juventud.

    • Eclesiastés 12:2: “Antes que se oscurezca el sol y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia.”
    • El predicador describe cómo la vida comienza a apagarse. Los placeres y la vitalidad de la juventud se desvanecen, lo que puede llevar a una sensación de inutilidad o desesperanza si no se tiene una relación con el Creador.
  2. La oportunidad de la vejez
    Aunque el enfoque es en recordar a Dios desde la juventud, también hay un llamado a los mayores. Aunque el cuerpo se debilita, el alma puede crecer en sabiduría y cercanía con Dios.

    • Salmo 92:14: “Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes.”
    • Dios tiene un propósito para cada etapa de la vida, y los ancianos pueden ser ejemplos de fe, perseverancia y testimonio para las generaciones más jóvenes.
  3. El fin inevitable de la vida
    El versículo final de Eclesiastés 12 habla del retorno del polvo a la tierra y del espíritu que vuelve a Dios. Es un recordatorio sobrio de que la vida terrenal es temporal, y todos, jóvenes y viejos, deben prepararse para la eternidad.

    • Hebreos 9:27: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.”
    • Recordar a nuestro Creador es esencial, no solo en la juventud, sino en todas las etapas de la vida, ya que todos enfrentaremos a Dios al final de nuestros días.

IV. Aplicaciones Prácticas: ¿Cómo podemos recordar a nuestro Creador?

  1. Buscar a Dios en oración y estudio de la Palabra
    Una manera concreta de recordar a Dios es a través de una vida de oración y meditación en Su Palabra. Estas prácticas nos mantienen conectados con nuestro Creador y nos ayudan a conocer Su voluntad para nuestra vida.

    • Salmo 119:11: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.”
    • Mantenernos en la Palabra de Dios nos protege del olvido y del pecado.
  2. Vivir en obediencia a Sus mandamientos
    Recordar a Dios no es solo un acto mental, sino una respuesta activa de obediencia. Si verdaderamente recordamos a nuestro Creador, nuestra vida reflejará Su santidad y justicia.

    • Juan 14:15: “Si me amáis, guardad mis mandamientos.”
    • La obediencia es la manifestación externa de un corazón que recuerda a Dios.
  3. Ser conscientes de la fragilidad de la vida
    Recordar a nuestro Creador también implica vivir con una perspectiva eterna. La vida en esta tierra es breve, y debemos vivir con el propósito de glorificar a Dios en todo lo que hacemos.

    • Santiago 4:14: “Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.”
    • Vivir con una visión eterna nos ayuda a poner nuestras prioridades en orden y a enfocarnos en lo que realmente importa.
  4. Testificar de nuestro Creador a los demás
    Recordar a nuestro Creador también implica compartir Su verdad con otros. Como embajadores de Cristo, somos llamados a dar testimonio de Su amor y salvación.

    • Mateo 28:19-20: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones…”
    • Compartir el evangelio es una manera de honrar y recordar a nuestro Creador.

Conclusión

El llamado de Eclesiastés 12:1 a “acordarnos de nuestro Creador” es un recordatorio que debe resonar en cada etapa de nuestras vidas. Desde la juventud hasta la vejez, debemos vivir con una conciencia constante de la presencia y soberanía de Dios. Al recordar a nuestro Creador, estamos reconociendo Su señorío sobre nuestras vidas, viviendo en obediencia y preparándonos para la eternidad.

Este mandato es una invitación a vivir una vida con propósito, dirigida por Dios y para Su gloria. Que podamos recordar a nuestro Creador hoy y siempre, caminando en Su sabiduría y amor.

Alejandro Rodriguez

Mi nombre es Alejandro Rodríguez y soy un hombre profundamente devoto a Dios. Desde que tengo memoria, siempre he sentido una presencia en mi vida, pero no fue hasta un momento muy particular que esa presencia se convirtió en el centro de todo lo que soy y hago. Soy el orgulloso padre de tres maravillosos hijos: Daniel, Pablo y María. Cada uno de ellos ha sido una bendición en mi vida, y a través de ellos, he aprendido el verdadero significado de la fe y la responsabilidad. Ahora también tengo el privilegio de ser abuelo de dos nietos, Miguel y Santiago, quienes llenan mi corazón de alegría y esperanza para el futuro. La historia de mi devoción a Dios comenzó en un momento oscuro de mi vida. Cuando tenía 35 años, pasé por una experiencia que lo cambió todo. Sufrí un accidente automovilístico muy grave, uno que, según los médicos, era casi imposible de sobrevivir. Recuerdo haber estado atrapado entre los hierros del coche, sintiendo que el final estaba cerca. En ese instante, mientras luchaba por respirar, una paz indescriptible me envolvió. Sentí una mano invisible que me sostenía y una voz en lo más profundo de mi ser que me decía: "No es tu hora, aún tienes una misión por cumplir". Sobreviví al accidente contra todo pronóstico médico, y esa experiencia me llevó a reevaluar mi vida y a buscar más profundamente el propósito que Dios tenía para mí. Me di cuenta de que había estado viviendo sin una dirección clara, enfocado en lo material y lo inmediato, pero ese encuentro con lo divino me mostró que había algo mucho más grande que yo debía hacer. Así nació Sermones Cristianos, un sitio web que fundé con el único propósito de difundir el mensaje de Dios a todo el mundo. Creé este espacio para que cualquiera, en cualquier lugar, pudiera acceder a la palabra de Dios y encontrar consuelo, guía y esperanza en sus momentos más difíciles, tal como yo lo hice. Mi misión es llevar el amor y el consuelo de Dios a aquellos que lo necesitan, a través de sermones inspiradores y mensajes de fe. Cada día, al despertar, agradezco a Dios por la nueva oportunidad de servirle. Mi vida ha sido un testimonio de la gracia y el poder de Dios, y mi mayor anhelo es compartir esa experiencia con los demás, para que también puedan sentir su presencia en sus vidas.

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