Texto base:
“Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre: Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.” — Lucas 17:26-27 (RVR1960)
Introducción
El matrimonio es una institución establecida por Dios desde el principio de la humanidad (Génesis 2:24). Sin embargo, cuando Jesús menciona que los hombres se “casaban y se daban en casamiento” en los días de Noé, lo hace en un contexto de advertencia. Esto nos lleva a reflexionar sobre cómo el enfoque hacia el matrimonio y las relaciones interpersonales puede desviarse de los principios de Dios, volviéndose un símbolo de indiferencia hacia Su voluntad. Hoy exploraremos cómo estos eventos históricos nos enseñan a vivir con discernimiento, entendiendo el tiempo en el que vivimos.
1. Los días de Noé: Una época de indiferencia espiritual
Texto de referencia: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5).
La época de Noé fue marcada por una indiferencia espiritual que trascendía a todos los aspectos de la vida cotidiana, incluyendo el matrimonio. Jesús señala que las personas seguían con sus actividades diarias sin percibir el juicio inminente. La frase “se casaban y se daban en casamiento” describe un estilo de vida centrado en los placeres y compromisos temporales sin considerar la necesidad de arrepentimiento.
El matrimonio es un don sagrado que apunta a la comunión y propósito divino. Sin embargo, cuando la humanidad desvía su atención de Dios, incluso las bendiciones se convierten en distracciones. En los días de Noé, el matrimonio se había convertido en una rutina que demostraba cómo las personas vivían sin temor a Dios ni esperanza en Sus promesas.
Este punto nos invita a reflexionar: ¿Estamos viviendo nuestras vidas con una visión eterna o solo para satisfacer deseos temporales? No se trata de abandonar nuestras responsabilidades, sino de integrarlas a una vida centrada en Dios.
2. “Se casaban y se daban en casamiento”: Más allá del rito, una advertencia sobre la falta de discernimiento
Texto de referencia: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).
Jesús utiliza la referencia al matrimonio para ilustrar cómo las personas vivían sin prestar atención a los tiempos y señales. “Se casaban y se daban en casamiento” implica un enfoque superficial y despreocupado hacia la vida, donde el compromiso y los votos se desvirtuaban.
Hoy en día, vemos una situación similar: los compromisos matrimoniales a menudo se ven como contratos temporales y no como un pacto eterno delante de Dios. Además, los ritos sociales han sustituido la búsqueda de santidad y obediencia. Jesús nos recuerda que, aunque las bodas y las celebraciones son legítimas, no deben cegarnos frente al llamado de Dios.
Esto nos lleva a entender que debemos vivir con discernimiento espiritual, sabiendo que Cristo regresará. No es suficiente mantener actividades religiosas externas si nuestras prioridades no están alineadas con la voluntad de Dios.
3. La comparación con el diluvio: Un juicio inevitable
Texto de referencia: “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe” (Hebreos 11:7).
El diluvio fue un juicio que tomó a la humanidad desprevenida. La insistencia de Noé al construir el arca fue una señal constante, pero la gente siguió viviendo sus vidas como si nada fuera a suceder. Esto ilustra cómo el juicio de Dios puede sorprendernos si no prestamos atención a Su Palabra.
El relato del diluvio es un recordatorio de que Dios es paciente, pero también justo. La demora del juicio no significa ausencia de justicia, sino una oportunidad para arrepentirnos. Al igual que Noé, debemos estar atentos a las advertencias divinas y vivir preparados, no solo para evitar el juicio, sino para caminar en obediencia y ser testimonios vivos de fe.
4. El valor del matrimonio según Dios: Un pacto, no un contrato
Texto de referencia: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24).
Dios instituyó el matrimonio como un pacto sagrado que refleja Su relación con Su pueblo. Sin embargo, en los días de Noé, el matrimonio había perdido su santidad. En la actualidad, muchas veces se desvirtúa el concepto de unidad y compromiso, dando lugar a infidelidades y separaciones.
Es importante recordar que el matrimonio debe ser un reflejo de la relación de Cristo con la Iglesia: un vínculo de amor, sacrificio y fidelidad. La descomposición del matrimonio en los días de Noé es un ejemplo de lo que sucede cuando la sociedad abandona los principios de Dios. Esto nos desafía a restaurar el verdadero valor de la unión matrimonial y a vivir conforme al propósito divino.
5. Preparados para el regreso de Cristo: Vivir en santidad y expectativa
Texto de referencia: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor” (Mateo 24:42).
Jesús nos advierte que Su regreso será repentino, como lo fue el diluvio en los días de Noé. Esto nos impulsa a vivir en una constante preparación, no basada en miedo, sino en expectativa y esperanza. La vida cotidiana, incluyendo el matrimonio y las relaciones, debe estar alineada con esta verdad.
Prepararse para el regreso de Cristo significa vivir en santidad y obediencia, permitiendo que cada área de nuestra vida refleje nuestra fe. Esto incluye mantener relaciones saludables y comprometidas bajo los principios de amor y fidelidad. Debemos preguntarnos si nuestros compromisos reflejan nuestra esperanza en el Señor.
6. La importancia del arrepentimiento antes de que sea tarde
Texto de referencia: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).
El mensaje de Jesús sobre los días de Noé incluye un llamado al arrepentimiento. Dios no desea la destrucción, sino la salvación de todos. Sin embargo, el tiempo de gracia no durará para siempre. Al igual que en los días de Noé, llegará un momento en que la puerta del arca se cerrará.
Esto nos lleva a recordar la urgencia de compartir el evangelio y vivir vidas que inspiren a otros al arrepentimiento. Nuestro testimonio debe ser una “advertencia amorosa”, mostrando que aún hay tiempo para volver a Dios, pero que ese tiempo es limitado.
Conclusión
El mensaje de Jesús en Lucas 17:26-27 es una advertencia sobre cómo la indiferencia espiritual puede conducir a la ruina. “Casándose y dándose en casamiento” simboliza la tendencia de la humanidad a vivir en rutina sin prestar atención al llamado divino. Debemos mantenernos firmes, viviendo con discernimiento, santidad y una constante preparación para Su regreso. Que nuestras relaciones, compromisos y prioridades reflejen nuestra fe y esperanza en Cristo.