Texto clave: Isaías 64:1-2
“Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes…”
Introducción
La expresión “cielos abiertos” se utiliza comúnmente para describir un estado espiritual en el cual las bendiciones, la presencia y el poder de Dios fluyen de manera ininterrumpida sobre la vida de un creyente o una comunidad. Es un término que aparece en diferentes momentos a lo largo de la Escritura y está asociado con el favor, la intervención divina y las manifestaciones sobrenaturales de Dios.
En este bosquejo, exploraremos el concepto de “cielos abiertos”, qué significa vivir bajo cielos abiertos, qué lo impide y cómo podemos asegurarnos de caminar en el favor y las bendiciones de Dios.
I. ¿Qué son los cielos abiertos?
Definición y contexto bíblico: La Biblia menciona los cielos abiertos como un estado en el cual la presencia de Dios se manifiesta poderosamente. Es un término que implica que no hay barreras entre el cielo y la tierra. En el Antiguo Testamento, los cielos abiertos significaban la intervención directa de Dios, mientras que en el Nuevo Testamento, el concepto se profundiza a través del Espíritu Santo.
- Ezequiel 1:1: “Los cielos fueron abiertos y vi visiones de Dios.”
- Ezequiel experimenta una revelación celestial durante el exilio. Este es un ejemplo de cómo los cielos abiertos permiten al ser humano ver cosas que normalmente estarían ocultas.
- Hechos 7:55-56: Esteban, antes de ser martirizado, ve los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios.
- Esta visión le otorga a Esteban fortaleza en un momento de tribulación.
- Ezequiel 1:1: “Los cielos fueron abiertos y vi visiones de Dios.”
Cielos cerrados vs. cielos abiertos: La Biblia también nos enseña que es posible vivir bajo cielos “cerrados”. Esto ocurre cuando el pecado, la desobediencia o la incredulidad interrumpen el flujo de bendiciones de Dios.
- Deuteronomio 28:23: “Tus cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro.”
- Este es un ejemplo de cómo la desobediencia a Dios puede resultar en un juicio donde las bendiciones son retenidas y el cielo parece estar “cerrado”.
- Deuteronomio 28:23: “Tus cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro.”
II. Características de los cielos abiertos
Una manifestación de la presencia de Dios: Cuando los cielos están abiertos, la presencia de Dios se hace tangible. Esto se puede experimentar en momentos de adoración, oración y búsqueda intensa de Dios.
- Mateo 3:16-17: En el bautismo de Jesús, los cielos se abren y el Espíritu Santo desciende sobre Él en forma de paloma. También se escucha la voz del Padre.
- Aquí vemos la aprobación divina y la unción que viene sobre Jesús, mostrando que los cielos abiertos traen una relación más íntima con Dios.
- Mateo 3:16-17: En el bautismo de Jesús, los cielos se abren y el Espíritu Santo desciende sobre Él en forma de paloma. También se escucha la voz del Padre.
Flujo ininterrumpido de bendiciones:
- Malaquías 3:10: “Probadme en esto, dice el Señor Todopoderoso, y veréis si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”
- La obediencia en dar y la fidelidad en nuestros actos de adoración aseguran que los cielos permanezcan abiertos, permitiendo el flujo continuo de bendiciones.
- Malaquías 3:10: “Probadme en esto, dice el Señor Todopoderoso, y veréis si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”
Revelación divina:
- Hechos 10:9-16: Pedro, mientras oraba, experimenta una visión que lo conduce a abrir el evangelio a los gentiles. Esta visión fue un resultado de cielos abiertos, donde Dios le reveló un plan más grande.
- Los cielos abiertos traen revelación y dirección divina. Las decisiones importantes que tomamos pueden ser guiadas por Dios cuando buscamos su presencia bajo cielos abiertos.
- Hechos 10:9-16: Pedro, mientras oraba, experimenta una visión que lo conduce a abrir el evangelio a los gentiles. Esta visión fue un resultado de cielos abiertos, donde Dios le reveló un plan más grande.
III. ¿Qué impide cielos abiertos?
El pecado: El pecado personal o comunitario puede impedir que los cielos se abran sobre una vida o una congregación. El pecado actúa como una barrera entre nosotros y Dios.
- Isaías 59:1-2: “Vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar su rostro para no oír.”
- El pecado crea una separación que cierra los cielos. Para restaurar esta conexión, es necesario arrepentirse y volver a la santidad.
- Isaías 59:1-2: “Vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar su rostro para no oír.”
La incredulidad:
- Hebreos 3:19: La incredulidad del pueblo de Israel les impidió entrar en la tierra prometida, un lugar de bendición.
- La incredulidad cierra los cielos porque detiene el flujo de la fe, que es el canal por el cual recibimos de Dios.
- Hebreos 3:19: La incredulidad del pueblo de Israel les impidió entrar en la tierra prometida, un lugar de bendición.
Desobediencia:
- Deuteronomio 28:15-23: La desobediencia repetida trae maldiciones y cielos cerrados.
- La obediencia constante asegura que los cielos permanezcan abiertos.
- Deuteronomio 28:15-23: La desobediencia repetida trae maldiciones y cielos cerrados.
IV. ¿Cómo vivir bajo cielos abiertos?
Arrepentimiento y confesión: El arrepentimiento sincero restaura la relación con Dios. Para vivir bajo cielos abiertos, es esencial confesar nuestros pecados y apartarnos de ellos.
- 1 Juan 1:9: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.”
- La confesión trae perdón y restauración, lo que permite que los cielos se abran nuevamente sobre nuestras vidas.
- 1 Juan 1:9: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.”
Adoración y oración ferviente: La oración y la adoración que buscan la presencia de Dios abren los cielos. Cuando adoramos con todo nuestro corazón, Dios responde con Su presencia.
- 2 Crónicas 7:14: “Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca, y se convierte de sus malos caminos, yo oiré desde los cielos.”
- La humildad y la oración son claves para abrir los cielos.
- 2 Crónicas 7:14: “Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca, y se convierte de sus malos caminos, yo oiré desde los cielos.”
Vivir en obediencia y fe:
- Juan 14:21: “El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.”
- La obediencia atrae la manifestación de Dios, garantizando cielos abiertos sobre nuestras vidas.
- Juan 14:21: “El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.”
Ser generosos: Como se menciona en Malaquías 3:10, la generosidad, especialmente en el área de las finanzas y el apoyo a la obra de Dios, asegura cielos abiertos.
Mantener una relación íntima con el Espíritu Santo: Jesús prometió que el Espíritu Santo nos guiaría a toda verdad. Vivir bajo la unción del Espíritu asegura cielos abiertos.
- Hechos 2:1-4: En Pentecostés, los cielos se abrieron y el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos.
- El Espíritu Santo es el agente por el cual los cielos abiertos se hacen una realidad constante en nuestras vidas.
- Hechos 2:1-4: En Pentecostés, los cielos se abrieron y el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos.
V. Los resultados de cielos abiertos
Bendiciones sobrenaturales: Las bendiciones no solo incluyen recursos financieros, sino también paz, sabiduría, sanidad y protección divina.
Impacto en la comunidad: Cuando una iglesia o un grupo de creyentes vive bajo cielos abiertos, el impacto no se limita a ellos, sino que afecta a su entorno.
- Hechos 2:47: “Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”
- Los cielos abiertos sobre una congregación traen crecimiento, salvación y transformación en la comunidad.
- Hechos 2:47: “Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”
Reavivamiento personal y corporativo: El avivamiento es el resultado directo de cielos abiertos. Cuando los cielos están abiertos, hay un derramamiento del Espíritu Santo que trae renovación y pasión.
Conclusión
Vivir bajo cielos abiertos es el deseo de todo creyente. Es un lugar donde la presencia de Dios es continua, sus bendiciones fluyen ininterrumpidamente, y la revelación divina está disponible. Sin embargo, para experimentar este estado, es necesario caminar en obediencia, fe y santidad, buscando siempre la presencia de Dios con humildad y arrepentimiento. Que cada uno de nosotros aspire a vivir en este lugar espiritual, donde los cielos están abiertos y Dios derrama sobre nosotros su favor y su gracia.
Oración Final
Señor, abre los cielos sobre nuestras vidas. Ayúdanos a caminar en obediencia y fe, para que podamos experimentar tu favor y bendición. En el nombre de Jesús, amén.