Texto Base: Efesios 5:21-33; Génesis 2:18-24; Deuteronomio 6:4-9; Salmo 127
Introducción
La familia es una institución divina establecida por Dios desde la creación de la humanidad. El propósito de Dios para la familia va más allá de una simple convivencia o estructura social, y abarca un plan redentor y glorioso que refleja Su amor, Su carácter y Su diseño para la humanidad. A lo largo de las Escrituras, vemos cómo la familia es el núcleo de la sociedad y cómo Dios usa este núcleo para la expansión de Su Reino y el cumplimiento de Sus propósitos.
I. La Fundación de la Familia en el Diseño de Dios
1. La creación del hombre y la mujer
Texto: Génesis 2:18-24
Dios, en Su sabiduría, creó al hombre y a la mujer con el propósito de que fueran una ayuda idónea el uno para el otro (Génesis 2:18). Después de crear al hombre, Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo”. Esto revela la intención divina de que la humanidad existiera y prosperara en relación, en comunidad.
Unidad y complementariedad: La creación de la mujer a partir de la costilla de Adán simboliza la unidad e igualdad que deben existir entre el hombre y la mujer en el matrimonio. Ambos son diferentes en su diseño, pero creados para complementarse perfectamente.
El matrimonio como una institución divina: Génesis 2:24 establece un principio fundamental: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” Este versículo subraya la prioridad y el propósito del matrimonio como la primera institución creada por Dios.
2. La bendición de la fecundidad
Texto: Génesis 1:28
Dios bendijo a la primera pareja y les dijo: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla.” El propósito de Dios para la familia incluye la procreación, no solo como un acto biológico, sino como una forma de extender la creación de Dios y transmitir Sus enseñanzas y valores de generación en generación.
II. El Propósito Redentor de Dios para la Familia
1. La familia como reflejo de la relación con Dios
Texto: Efesios 5:21-33
El apóstol Pablo describe la relación entre el esposo y la esposa como un reflejo de la relación entre Cristo y la Iglesia. El esposo es llamado a amar a su esposa como Cristo amó a la Iglesia, sacrificándose por ella, y la esposa debe respetar a su esposo. Este modelo nos enseña que la familia no solo es una unidad funcional, sino también una representación espiritual de la relación entre Dios y Su pueblo.
Amor sacrificial: Así como Cristo se entregó por Su Iglesia, el esposo debe amar a su esposa con un amor sacrificial, que priorice su bienestar y florecimiento.
Sumisión mutua: La sumisión en el matrimonio es mutua. Aunque hay roles diferentes, el concepto bíblico de sumisión no implica inferioridad, sino una estructura ordenada por Dios que refleja armonía y cooperación.
2. Transmitir la fe a las futuras generaciones
Texto: Deuteronomio 6:4-9
Dios instruyó al pueblo de Israel a enseñar diligentemente a sus hijos los mandamientos y las enseñanzas divinas. El propósito de Dios para la familia incluye la transmisión de la fe y los valores espirituales a las próximas generaciones.
Enseñanza en el hogar: La familia es el primer lugar donde los hijos deben aprender sobre Dios. Los padres son responsables de enseñar la Palabra de Dios a sus hijos, no solo con palabras, sino también con el ejemplo de una vida piadosa.
Repetición constante: La instrucción no es algo que ocurre una vez, sino que debe repetirse a lo largo de la vida diaria: “…las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:7).
III. Los Roles en la Familia Según el Diseño de Dios
1. El rol del esposo y padre
Texto: Efesios 5:25-28; 1 Timoteo 5:8
El esposo es llamado a liderar a su familia en amor y servicio, siguiendo el ejemplo de Cristo. Su papel es ser proveedor, protector y guía espiritual para su hogar.
Amor sacrificial y liderazgo: El esposo debe amar a su esposa de manera sacrificial, buscando su bienestar y guiándola espiritualmente. Este liderazgo no es autoritario, sino amoroso y compasivo.
Provisión y cuidado: En 1 Timoteo 5:8, Pablo instruye que el hombre debe proveer para su familia. Esto no solo implica lo material, sino también el cuidado emocional y espiritual de su hogar.
2. El rol de la esposa y madre
Texto: Proverbios 31:10-31; Efesios 5:22-24
La esposa es descrita como una ayuda idónea para su esposo y una administradora fiel de su hogar. El pasaje de Proverbios 31 presenta un retrato de una mujer virtuosa que trabaja diligentemente por el bienestar de su familia.
Sumisión y respeto: Efesios 5:22-24 llama a la esposa a someterse a su esposo “como al Señor”. Esta sumisión no implica debilidad, sino una actitud de respeto y apoyo hacia el liderazgo del esposo.
Sabiduría y diligencia: La mujer virtuosa de Proverbios 31 es un ejemplo de sabiduría y diligencia en la administración del hogar y en el cuidado de su familia. Su trabajo y esfuerzo contribuyen al bienestar y prosperidad de todos los miembros del hogar.
3. El rol de los hijos
Texto: Efesios 6:1-3
Dios también tiene un propósito claro para los hijos dentro de la familia. Los hijos son llamados a honrar y obedecer a sus padres como un acto de obediencia a Dios.
- Obediencia y honor: La instrucción de “honra a tu padre y a tu madre” es el primer mandamiento con promesa. Los hijos que respetan y obedecen a sus padres están honrando a Dios, y esto conlleva una bendición: “para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”.
IV. La Dependencia de Dios en la Familia
1. Dios como el fundamento de la familia
Texto: Salmo 127:1-2
El Salmo 127 nos recuerda que “si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican”. Toda familia que quiera cumplir con el propósito de Dios debe depender completamente de Su gracia y dirección. El esfuerzo humano por sí solo no es suficiente; es necesario que Dios sea el centro y el fundamento de la vida familiar.
Dependencia en Dios: Ningún esfuerzo humano, por más diligente que sea, puede sustituir la obra de Dios en la familia. La oración, la búsqueda de la dirección divina y la dependencia de Su gracia son esenciales para que la familia funcione según Su propósito.
La provisión divina: El Salmo también enfatiza que Dios es quien provee y sostiene. Esto nos enseña que, aunque los padres tengan responsabilidades importantes, en última instancia, es Dios quien cuida de la familia y le concede Su bendición.
Conclusión
El propósito de Dios para la familia es más profundo y significativo de lo que muchas veces comprendemos. La familia no es solo una estructura social, sino una institución divina que refleja el carácter de Dios, Su amor por la humanidad y Su plan redentor. Es dentro de la familia que los hijos son formados, que los esposos y esposas se perfeccionan en amor y que el Reino de Dios se extiende a las generaciones venideras.
Al seguir el diseño y los roles que Dios ha establecido, y al depender de Su gracia y guía, la familia puede convertirse en un faro de luz en la sociedad, mostrando el poder transformador de Su evangelio. Cada familia cristiana tiene el llamado de vivir para la gloria de Dios y ser un testimonio vivo de Su bondad y fidelidad.