Bosquejo: Epístola a los Romanos

Texto Base:

“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”
(Romanos 1:16-17, RV60)

Introducción

La Epístola a los Romanos es una de las cartas más profundas y fundamentales del Nuevo Testamento. Fue escrita por el apóstol Pablo alrededor del año 57 d.C., mientras se encontraba en Corinto, con el propósito de preparar su visita a Roma y explicar de manera sistemática el mensaje del evangelio de Jesucristo.

A diferencia de otras cartas escritas a iglesias que Pablo había fundado, la iglesia de Roma no fue establecida por él, sino que se formó con creyentes judíos y gentiles que, posiblemente, habían oído el evangelio en Jerusalén y llevaron la fe a la capital del Imperio Romano.

El tema central de la carta es la justificación por la fe en Jesucristo. Pablo expone el evangelio como el poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree, y muestra cómo tanto judíos como gentiles necesitan la justicia de Dios, la cual solo puede obtenerse a través de la fe en Cristo.

Los temas principales de la epístola incluyen:

  1. La pecaminosidad universal del hombre y su necesidad de salvación.
  2. La justificación por la fe en Jesucristo.
  3. La santificación y la vida en el Espíritu.
  4. La soberanía de Dios en la salvación.
  5. La vida cristiana práctica y el amor en la comunidad de creyentes.

A continuación, exploraremos en detalle cada una de estas enseñanzas cruciales.

I. La Condición Pecaminosa del Hombre y la Necesidad de la Salvación (Romanos 1:18 – 3:20)

A. La ira de Dios contra la humanidad pecadora (1:18-32)

“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad.” (Romanos 1:18)

Pablo inicia su exposición doctrinal con una realidad impactante: todos los seres humanos están bajo el juicio de Dios debido a su pecado. No importa si son judíos o gentiles, todos han rechazado la verdad de Dios y han caído en la idolatría y la inmoralidad.

  1. Rechazo de Dios y su revelación (1:19-21).

    • Dios ha revelado su existencia y su poder a través de la creación.
    • A pesar de esta revelación, los hombres han decidido rechazarlo y adorar ídolos en lugar del Dios verdadero.
  2. La idolatría conduce a la corrupción moral (1:22-27).

    • En lugar de glorificar a Dios, los hombres han cambiado su gloria por la imagen de cosas creadas.
    • Dios los entregó a pasiones vergonzosas como castigo por su rebeldía.
  3. El pecado afecta todas las áreas de la vida humana (1:28-32).

    • Una mente reprobada lleva a todo tipo de pecado: injusticia, malicia, homicidio, engaño, orgullo y desobediencia.

Aplicación: Cuando el hombre rechaza a Dios, su vida cae en decadencia moral y espiritual. Necesitamos reconocer nuestra necesidad de Dios y volver a Él en arrepentimiento.

B. Todos son culpables delante de Dios (2:1 – 3:20)

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” (Romanos 3:23)

Pablo deja claro que nadie es inocente delante de Dios. No solo los paganos han pecado, sino que también los judíos, a pesar de tener la Ley, han fallado en cumplirla.

  1. Los que juzgan a otros también son culpables (2:1-5).

    • Muchas personas condenan el pecado en los demás, pero ignoran su propia culpa.
    • Dios juzgará a cada uno según sus obras.
  2. Los judíos no son justificados por la Ley (2:17-29).

    • Tener la Ley de Moisés no hace justo a nadie si no se obedece.
    • La verdadera circuncisión es la del corazón, no solo la externa.
  3. Todos están bajo el pecado (3:9-20).

    • Pablo cita el Antiguo Testamento para demostrar que nadie es justo.
    • Nadie puede ser justificado por las obras de la Ley.

Aplicación: La salvación no se obtiene por buenas obras ni por religión. Todos necesitamos la gracia de Dios.

II. La Justificación por la Fe en Cristo (Romanos 3:21 – 5:21)

A. La justicia de Dios por medio de la fe (3:21-31)

“Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.” (Romanos 3:24)

Después de demostrar que todos son pecadores, Pablo presenta la solución de Dios para la humanidad: la justificación por la fe.

  1. La justificación es un regalo de Dios (3:24).

    • No es algo que podemos ganar, sino un acto de gracia.
    • Se recibe mediante la fe en Jesucristo.
  2. Jesucristo es la propiciación por nuestros pecados (3:25).

    • Su sacrificio en la cruz pagó la deuda del pecado.
    • Dios mostró su justicia castigando el pecado en Cristo.
  3. No hay motivo para la jactancia (3:27-31).

    • Nadie puede presumir de su salvación, porque es un don de Dios.
    • La fe en Cristo anula la necesidad de depender de la Ley.

Aplicación: La única forma de ser justos delante de Dios es por la fe en Cristo, no por nuestras obras.

B. Ejemplo de justificación: Abraham (4:1-25)

“Y creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.” (Romanos 4:3)

Para demostrar que la justificación siempre ha sido por fe, Pablo usa el ejemplo de Abraham.

  1. Abraham fue justificado antes de la Ley (4:9-11).

    • Su fe fue contada como justicia antes de ser circuncidado.
    • Esto muestra que la justificación no depende de ritos religiosos.
  2. La promesa de Dios se recibe por fe, no por la Ley (4:16).

    • Si dependiera de la Ley, nadie podría ser salvo.
    • Pero Dios garantiza la salvación a través de la fe.
  3. La fe de Abraham es un modelo para nosotros (4:23-25).

    • Así como Abraham creyó en la promesa de Dios, nosotros debemos creer en Cristo.
    • Jesús resucitó para nuestra justificación.

Aplicación: La verdadera fe nos lleva a confiar en Dios, aun cuando no vemos las respuestas inmediatas.

 

III. La Santificación: La Nueva Vida en Cristo (Romanos 6 – 8)

A. Muerte al pecado y nueva vida en Cristo (6:1-14)

“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (Romanos 6:1-2)

Después de explicar la justificación por la fe, Pablo aborda la transformación que ocurre en la vida del creyente. Aunque hemos sido justificados, todavía luchamos contra el pecado. En este capítulo, Pablo deja claro que la gracia no es una licencia para pecar.

  1. Hemos sido unidos a Cristo en su muerte y resurrección (6:3-5).

    • Cuando somos bautizados en Cristo, participamos en su muerte al pecado.
    • Así como Cristo resucitó, nosotros debemos caminar en nueva vida.
  2. El pecado ya no tiene dominio sobre nosotros (6:6-10).

    • Nuestra “vieja naturaleza” fue crucificada con Cristo.
    • Aunque seguimos en este mundo, ya no somos esclavos del pecado.
  3. Debemos rendirnos a Dios y no al pecado (6:11-14).

    • Pablo nos llama a considerarnos “muertos al pecado, pero vivos para Dios”.
    • No debemos presentar nuestros cuerpos como instrumentos de injusticia, sino como instrumentos de justicia.

Aplicación: Como creyentes, no podemos seguir viviendo en pecado deliberadamente. La verdadera gracia nos transforma y nos llama a una vida de santidad.

B. La lucha entre la carne y el espíritu (7:14-25)

“Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.” (Romanos 7:19)

En este pasaje, Pablo describe la lucha interna que todo cristiano enfrenta. Aunque hemos sido justificados y transformados, todavía tenemos una naturaleza pecaminosa que nos lleva a hacer lo que no queremos.

  1. La Ley expone nuestro pecado (7:7-13).

    • La Ley no es mala; es santa y buena.
    • Sin embargo, la Ley nos muestra cuán pecadores somos.
  2. La batalla entre la carne y el espíritu (7:14-23).

    • Aun cuando deseamos hacer el bien, nuestra carne nos inclina al pecado.
    • Nos sentimos atrapados en un conflicto entre nuestra nueva naturaleza en Cristo y nuestra vieja naturaleza pecaminosa.
  3. La única esperanza es Cristo (7:24-25).

    • Pablo exclama: “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?”
    • La respuesta es Jesucristo, quien nos da la victoria sobre el pecado.

Aplicación: Debemos depender del Espíritu Santo para vencer el pecado en nuestra vida diaria. Nuestra lucha no se gana con esfuerzo humano, sino con la ayuda de Dios.

C. La vida en el Espíritu (8:1-17)

“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.” (Romanos 8:1)

Romanos 8 es uno de los capítulos más poderosos de toda la Escritura. Después de hablar de la lucha contra el pecado, Pablo presenta la solución: vivir en el poder del Espíritu Santo.

  1. No hay condenación para los que están en Cristo (8:1-4).

    • Jesús nos ha liberado de la ley del pecado y la muerte.
    • La justicia de la Ley se cumple en nosotros cuando caminamos según el Espíritu.
  2. Diferencias entre la carne y el Espíritu (8:5-8).

    • Los que viven según la carne piensan en las cosas de la carne.
    • Los que viven según el Espíritu piensan en las cosas de Dios.
  3. El Espíritu nos da vida y nos hace hijos de Dios (8:9-17).

    • Si el Espíritu de Dios mora en nosotros, tenemos vida.
    • Como hijos de Dios, tenemos el derecho de clamar: “¡Abba, Padre!”

Aplicación: La vida cristiana no es solo evitar el pecado, sino vivir en comunión con el Espíritu Santo, quien nos guía, nos fortalece y nos da identidad como hijos de Dios.

IV. La Soberanía de Dios en la Salvación (Romanos 9 – 11)

A. La elección de Israel y la justicia de Dios (9:1-29)

“Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.” (Romanos 9:16)

En este capítulo, Pablo aborda un tema complejo: la soberanía de Dios en la elección y el propósito de Israel. Algunos podrían preguntarse por qué Israel, el pueblo escogido de Dios, rechazó a Cristo.

  1. El dolor de Pablo por Israel (9:1-5).

    • Pablo siente una profunda tristeza porque su pueblo rechazó a Cristo.
    • A pesar de que Israel tenía privilegios espirituales, no reconocieron al Mesías.
  2. Dios elige según su propósito (9:6-18).

    • La elección de Dios no se basa en méritos humanos, sino en su soberanía.
    • Ejemplo: Dios escogió a Jacob sobre Esaú antes de que nacieran.
  3. El alfarero y el barro (9:19-29).

    • Dios tiene el derecho de hacer lo que quiera con su creación.
    • Él muestra misericordia a quien quiere y endurece a quien quiere.

Aplicación: Dios es justo y soberano. Aunque no entendamos completamente sus caminos, debemos confiar en su sabiduría y gracia.

B. El llamado a la fe para todos (10:1-21)

“Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” (Romanos 10:13)

Después de hablar de la soberanía de Dios, Pablo enfatiza la responsabilidad del hombre en responder al evangelio.

  1. La salvación está disponible para todos (10:9-13).

    • Si confesamos con nuestra boca que Jesús es el Señor y creemos en nuestro corazón, seremos salvos.
  2. La importancia de la predicación (10:14-17).

    • La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios.
    • Es necesario predicar el evangelio para que otros crean.

Aplicación: Como creyentes, tenemos la responsabilidad de compartir el evangelio con aquellos que aún no han creído.

C. El futuro de Israel en el plan de Dios (11:1-36)

Pablo concluye esta sección asegurando que Dios no ha desechado a Israel.

  1. Dios siempre ha tenido un remanente fiel (11:1-10).
  2. Los gentiles han sido injertados en el plan de Dios (11:11-24).
  3. Israel será restaurado en el futuro (11:25-36).

Aplicación: Dios es fiel a sus promesas. Su plan de salvación es perfecto y abarca tanto a judíos como a gentiles.

V. La Vida Cristiana Práctica (Romanos 12 – 16)

Después de establecer la doctrina de la justificación por la fe, la santificación y la soberanía de Dios, Pablo dedica los últimos capítulos de Romanos a la aplicación práctica de la vida cristiana. La fe en Cristo no solo transforma nuestra relación con Dios, sino también nuestra manera de vivir, pensar y relacionarnos con los demás.

A. Transformación y servicio a Dios (12:1-21)

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” (Romanos 12:1)

Pablo inicia esta sección con un llamado a la entrega total a Dios. Ya que hemos sido salvados por gracia, nuestra respuesta debe ser una vida de obediencia y servicio.

  1. La entrega total a Dios (12:1-2).

    • Debemos presentarnos como sacrificios vivos, lo que significa rendir nuestra vida completamente a Dios.
    • No debemos conformarnos a este mundo, sino ser transformados por la renovación de nuestra mente.
  2. El servicio en la iglesia con los dones espirituales (12:3-8).

    • Dios ha dado diferentes dones espirituales a cada creyente para la edificación del cuerpo de Cristo.
    • Algunos dones mencionados incluyen la profecía, el servicio, la enseñanza, la exhortación, la generosidad, el liderazgo y la misericordia.
  3. El amor sincero y la conducta cristiana (12:9-21).

    • El amor debe ser genuino. No podemos amar solo de palabra, sino con hechos.
    • Debemos bendecir a nuestros enemigos. Pablo nos llama a no devolver mal por mal, sino a vencer el mal con el bien.
    • Debemos vivir en paz con todos. Siempre que sea posible, debemos buscar la reconciliación.

Aplicación: La verdadera adoración no es solo asistir a la iglesia, sino vivir cada día como una ofrenda a Dios, sirviendo con nuestros dones y amando a los demás con sinceridad.

B. La sumisión a las autoridades y el amor al prójimo (13:1-14)

“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.” (Romanos 13:1)

En este capítulo, Pablo enseña sobre nuestra responsabilidad como ciudadanos y como cristianos en la sociedad.

  1. La sumisión a las autoridades civiles (13:1-7).

    • Toda autoridad es establecida por Dios, por lo que debemos obedecer a los gobernantes.
    • Debemos pagar impuestos y respetar las leyes siempre que no contradigan los principios de Dios.
  2. El amor como el cumplimiento de la Ley (13:8-10).

    • Pablo resume los mandamientos en una sola regla: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
    • Si realmente amamos a los demás, no les haremos daño.
  3. El llamado a vivir en santidad y estar preparados para la venida de Cristo (13:11-14).

    • La salvación está más cerca que cuando creímos.
    • Debemos “despojarnos de las obras de las tinieblas” y revestirnos de Cristo.

Aplicación: Como creyentes, debemos ser buenos ciudadanos, vivir en amor y estar espiritualmente preparados para el regreso de Jesús.

C. La unidad en la iglesia y la tolerancia entre hermanos (14:1 – 15:13)

“Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.” (Romanos 14:19)

Pablo aborda un problema común en la iglesia primitiva: las diferencias entre los creyentes en temas secundarios.

  1. No juzgar a los hermanos por cuestiones de conciencia (14:1-12).

    • Algunos cristianos en Roma tenían convicciones diferentes sobre la comida y los días sagrados.
    • Pablo enseña que cada uno debe actuar según su conciencia sin juzgar a los demás.
  2. No ser tropiezo para otros (14:13-23).

    • Aunque algo no sea pecado en sí mismo, si causa que otro hermano tropiece, debemos evitarlo.
  3. Seguir el ejemplo de Cristo en unidad y servicio (15:1-13).

    • Cristo no buscó agradarse a sí mismo, sino que se sacrificó por nosotros.
    • La iglesia debe estar unida en amor, tanto judíos como gentiles.

Aplicación: En la iglesia habrá diferencias en temas secundarios, pero debemos vivir en amor y unidad, evitando ser tropiezo para otros.

D. Saludos y exhortaciones finales (15:14 – 16:27)

En los capítulos finales, Pablo comparte sus planes de viaje, saluda a varios creyentes y da una exhortación final.

  1. Los planes de Pablo y su deseo de visitar Roma (15:14-33).

    • Pablo desea ir a Roma y luego a España para seguir predicando el evangelio.
  2. Saludos personales a los creyentes en Roma (16:1-16).

    • Pablo menciona a muchos colaboradores en la fe, mostrando que la iglesia es una comunidad de servicio mutuo.
  3. Advertencia contra divisiones (16:17-20).

    • Pablo exhorta a estar atentos a quienes causan divisiones y enseñan doctrinas falsas.

Aplicación: La iglesia debe ser una comunidad de amor, servicio y unidad, evitando las divisiones y apoyando la obra misionera.

Conclusión

La Epístola a los Romanos es una obra maestra de la teología cristiana. Pablo nos ha llevado por un recorrido profundo sobre el evangelio:

  1. Todos somos pecadores y necesitamos la salvación de Dios.
  2. La justificación es por fe en Cristo, no por obras.
  3. La salvación nos lleva a una vida transformada en santidad.
  4. Dios es soberano en su plan de salvación para judíos y gentiles.
  5. La vida cristiana se debe vivir en amor, unidad y obediencia a Dios.

Preguntas para reflexionar:

  • ¿Estoy confiando completamente en la justicia de Cristo para mi salvación?
  • ¿Mi vida refleja la transformación que el evangelio produce en los creyentes?
  • ¿Estoy viviendo en amor y unidad con otros creyentes, evitando divisiones?
  • ¿Estoy comprometido con la misión de Dios y el avance del evangelio?

Llamado a la acción: Pablo nos reta a vivir una fe auténtica, basada en la gracia de Dios, reflejada en nuestra vida diaria y compartida con el mundo. Que esta carta nos impulse a vivir el evangelio en todo momento y en todo lugar.

Alejandro Rodriguez

Mi nombre es Alejandro Rodríguez y soy un hombre profundamente devoto a Dios. Desde que tengo memoria, siempre he sentido una presencia en mi vida, pero no fue hasta un momento muy particular que esa presencia se convirtió en el centro de todo lo que soy y hago.Soy el orgulloso padre de tres maravillosos hijos: Daniel, Pablo y María. Cada uno de ellos ha sido una bendición en mi vida, y a través de ellos, he aprendido el verdadero significado de la fe y la responsabilidad. Ahora también tengo el privilegio de ser abuelo de dos nietos, Miguel y Santiago, quienes llenan mi corazón de alegría y esperanza para el futuro.La historia de mi devoción a Dios comenzó en un momento oscuro de mi vida. Cuando tenía 35 años, pasé por una experiencia que lo cambió todo. Sufrí un accidente automovilístico muy grave, uno que, según los médicos, era casi imposible de sobrevivir. Recuerdo haber estado atrapado entre los hierros del coche, sintiendo que el final estaba cerca. En ese instante, mientras luchaba por respirar, una paz indescriptible me envolvió. Sentí una mano invisible que me sostenía y una voz en lo más profundo de mi ser que me decía: "No es tu hora, aún tienes una misión por cumplir".Sobreviví al accidente contra todo pronóstico médico, y esa experiencia me llevó a reevaluar mi vida y a buscar más profundamente el propósito que Dios tenía para mí. Me di cuenta de que había estado viviendo sin una dirección clara, enfocado en lo material y lo inmediato, pero ese encuentro con lo divino me mostró que había algo mucho más grande que yo debía hacer.Así nació Sermones Cristianos, un sitio web que fundé con el único propósito de difundir el mensaje de Dios a todo el mundo. Creé este espacio para que cualquiera, en cualquier lugar, pudiera acceder a la palabra de Dios y encontrar consuelo, guía y esperanza en sus momentos más difíciles, tal como yo lo hice. Mi misión es llevar el amor y el consuelo de Dios a aquellos que lo necesitan, a través de sermones inspiradores y mensajes de fe.Cada día, al despertar, agradezco a Dios por la nueva oportunidad de servirle. Mi vida ha sido un testimonio de la gracia y el poder de Dios, y mi mayor anhelo es compartir esa experiencia con los demás, para que también puedan sentir su presencia en sus vidas.

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