Prédica Cristiana: Hechos 8

Amados hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero invitaros a meditar en el capítulo 8 del libro de los Hechos de los Apóstoles, un pasaje clave para entender cómo el Evangelio comenzó a expandirse más allá de Jerusalén. Este capítulo nos revela cómo Dios, a través de la obra del Espíritu Santo, llevó su Palabra a nuevos territorios y a diferentes pueblos, cumpliendo la misión que Jesucristo había dado a sus discípulos antes de ascender al cielo: “Seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines de la tierra” (Hechos 1:8).

Hechos 8 es un capítulo de transición, donde vemos cómo el Evangelio se propaga fuera de Jerusalén. Comienza con la persecución de la iglesia y la dispersión de los creyentes, pero Dios, en su soberanía, utiliza incluso la adversidad para cumplir sus propósitos. Este capítulo es un recordatorio de cómo el Espíritu Santo trabaja de manera poderosa en nuestras vidas, guiándonos, transformándonos y capacitándonos para cumplir el propósito de Dios.

La persecución de la iglesia y la dispersión de los creyentes (Hechos 8:1-4)

El capítulo 8 empieza con un giro dramático. Tras el martirio de Esteban, se desata una gran persecución contra la iglesia en Jerusalén. Saulo, quien más tarde se convertiría en el apóstol Pablo, estaba presente en la ejecución de Esteban y participaba activamente en la persecución de los cristianos, arrastrando a hombres y mujeres a las cárceles.

Esta persecución llevó a que muchos cristianos tuvieran que huir de Jerusalén. Pero algo extraordinario sucedió: en lugar de silenciar el Evangelio, la persecución lo impulsó aún más. Aquellos que fueron dispersados no se escondieron, sino que “iban por todas partes anunciando el evangelio” (Hechos 8:4). Esto nos enseña que, incluso en medio de las pruebas, Dios está trabajando. La persecución, en lugar de apagar el fuego del Evangelio, lo avivó.

En nuestras vidas, muchas veces enfrentamos dificultades y desafíos que pueden parecernos abrumadores. Pero Dios, en su infinita sabiduría, puede usar esas mismas pruebas para llevarnos a lugares nuevos y a nuevas oportunidades para testificar de su amor y poder. La persecución no debe ser vista como el fin, sino como una oportunidad para el avance del Reino de Dios.

Felipe en Samaria: El poder del Evangelio para todos los pueblos (Hechos 8:5-8)

Después de la dispersión, Felipe, uno de los siete diáconos elegidos junto a Esteban, fue a la ciudad de Samaria a predicar a Cristo. Aquí se cumple una parte fundamental de la misión que Jesús había dado a sus discípulos: el Evangelio comienza a cruzar las fronteras culturales y religiosas. Los samaritanos eran vistos con desprecio por los judíos, pero Felipe, lleno del Espíritu Santo, predicó con valentía y con poder entre ellos.

La predicación de Felipe fue acompañada de señales y milagros. Muchos endemoniados fueron liberados, los enfermos fueron sanados, y la ciudad se llenó de alegría (Hechos 8:7-8). El poder del Espíritu Santo no solo transformó la vida de aquellos que creyeron, sino que también impactó a toda la comunidad.

Esto nos recuerda que el Evangelio no es solo para un grupo selecto de personas, sino para todos los pueblos y culturas. Dios no hace acepción de personas (Hechos 10:34). A veces, nosotros, como iglesia, podemos limitarnos a llevar el Evangelio solo a aquellos que nos resultan cómodos o familiares, pero Dios nos llama a ir más allá de nuestras fronteras, tal como Felipe hizo en Samaria. Debemos estar dispuestos a compartir las buenas nuevas con aquellos que son diferentes a nosotros, sabiendo que el Evangelio tiene el poder de romper barreras y unir a las personas en Cristo.

Simón el mago: La confrontación con el Evangelio (Hechos 8:9-25)

En Samaria había un hombre llamado Simón, quien practicaba la magia y tenía a la gente asombrada con sus trucos. Cuando Simón vio los milagros que Felipe hacía en el nombre de Jesús, quedó impresionado y creyó en el Evangelio, siendo bautizado. Sin embargo, su historia nos revela una verdad importante: no todos los que aparentemente aceptan el Evangelio lo hacen con un corazón puro.

Cuando los apóstoles Pedro y Juan llegaron a Samaria para orar por los nuevos creyentes y que estos recibieran el Espíritu Santo, Simón ofreció dinero a los apóstoles para obtener el poder de impartir el Espíritu Santo. Pedro lo reprendió duramente, diciéndole que su corazón no era recto delante de Dios y que debía arrepentirse (Hechos 8:20-23).

Aquí aprendemos una lección crucial: el Evangelio no es un instrumento para obtener poder o control. No podemos acercarnos a Dios con motivos egoístas o con la intención de manipular el poder espiritual para nuestros propios fines. El arrepentimiento genuino y la fe sincera son esenciales para una verdadera relación con Dios. Simón es un recordatorio de que el Evangelio confronta las intenciones de nuestro corazón, y debemos estar dispuestos a someter nuestras vidas por completo a la voluntad de Dios.

Felipe y el eunuco etíope: La obra del Espíritu en la evangelización (Hechos 8:26-40)

El último relato en este capítulo nos muestra de manera clara cómo el Espíritu Santo guía a los creyentes en la misión de evangelizar. Un ángel del Señor le dijo a Felipe que fuera al camino que desciende de Jerusalén a Gaza, y allí encontró a un eunuco etíope, un alto funcionario de la reina Candace, que regresaba de adorar en Jerusalén.

El Espíritu Santo impulsó a Felipe a acercarse al carro del eunuco, quien estaba leyendo el libro de Isaías, pero no comprendía su significado. Felipe, guiado por el Espíritu, se acercó al hombre y le explicó que el pasaje que estaba leyendo hablaba de Jesucristo. Al escuchar el Evangelio, el eunuco creyó y pidió ser bautizado inmediatamente.

Este encuentro nos enseña varias lecciones importantes. En primer lugar, el Espíritu Santo es quien nos guía a las personas que están listas para escuchar el Evangelio. Felipe fue sensible a la dirección del Espíritu, y como resultado, un hombre de una nación lejana fue alcanzado con el mensaje de salvación. Debemos estar atentos a la voz del Espíritu en nuestras vidas, dispuestos a obedecer sus impulsos y ser instrumentos de Dios para llevar su Palabra a quienes lo necesitan.

En segundo lugar, vemos la importancia de la Palabra de Dios en la evangelización. El eunuco estaba leyendo las Escrituras, pero no las comprendía. Felipe, lleno del Espíritu, fue capaz de explicarlas y mostrar cómo todas las Escrituras apuntan a Cristo. Esto nos recuerda que debemos estar preparados para compartir el Evangelio con claridad, ayudando a otros a entender la Palabra de Dios y cómo se relaciona con sus vidas.

Finalmente, el bautismo del eunuco nos muestra que la salvación es accesible para todos, sin importar su trasfondo o estatus social. El eunuco era un hombre extranjero, un funcionario importante, pero Dios lo amaba y deseaba que conociera la verdad del Evangelio. La fe en Jesucristo es lo único necesario para la salvación, y cualquiera que crea puede ser bautizado y entrar en la familia de Dios.

Conclusión

Hechos 8 nos muestra cómo Dios utiliza tanto las circunstancias difíciles como la obediencia de sus siervos para expandir su Reino. Desde la persecución de la iglesia hasta la predicación en Samaria y el encuentro con el eunuco etíope, vemos el poder del Espíritu Santo guiando y empoderando a los creyentes para llevar el Evangelio más allá de sus fronteras.

Este capítulo es un recordatorio de que, como iglesia, estamos llamados a ser testigos de Cristo dondequiera que vayamos. Ya sea en tiempos de prueba o de paz, debemos estar dispuestos a compartir las buenas nuevas con todos los que nos rodean, confiando en que el Espíritu Santo nos guiará y nos dará el poder para hacerlo.

Que podamos, como Felipe, ser sensibles a la voz del Espíritu, dispuestos a ir donde Él nos llame y compartir el Evangelio con pasión y convicción. Amén.

Alejandro Rodriguez

Mi nombre es Alejandro Rodríguez y soy un hombre profundamente devoto a Dios. Desde que tengo memoria, siempre he sentido una presencia en mi vida, pero no fue hasta un momento muy particular que esa presencia se convirtió en el centro de todo lo que soy y hago.Soy el orgulloso padre de tres maravillosos hijos: Daniel, Pablo y María. Cada uno de ellos ha sido una bendición en mi vida, y a través de ellos, he aprendido el verdadero significado de la fe y la responsabilidad. Ahora también tengo el privilegio de ser abuelo de dos nietos, Miguel y Santiago, quienes llenan mi corazón de alegría y esperanza para el futuro.La historia de mi devoción a Dios comenzó en un momento oscuro de mi vida. Cuando tenía 35 años, pasé por una experiencia que lo cambió todo. Sufrí un accidente automovilístico muy grave, uno que, según los médicos, era casi imposible de sobrevivir. Recuerdo haber estado atrapado entre los hierros del coche, sintiendo que el final estaba cerca. En ese instante, mientras luchaba por respirar, una paz indescriptible me envolvió. Sentí una mano invisible que me sostenía y una voz en lo más profundo de mi ser que me decía: "No es tu hora, aún tienes una misión por cumplir".Sobreviví al accidente contra todo pronóstico médico, y esa experiencia me llevó a reevaluar mi vida y a buscar más profundamente el propósito que Dios tenía para mí. Me di cuenta de que había estado viviendo sin una dirección clara, enfocado en lo material y lo inmediato, pero ese encuentro con lo divino me mostró que había algo mucho más grande que yo debía hacer.Así nació Sermones Cristianos, un sitio web que fundé con el único propósito de difundir el mensaje de Dios a todo el mundo. Creé este espacio para que cualquiera, en cualquier lugar, pudiera acceder a la palabra de Dios y encontrar consuelo, guía y esperanza en sus momentos más difíciles, tal como yo lo hice. Mi misión es llevar el amor y el consuelo de Dios a aquellos que lo necesitan, a través de sermones inspiradores y mensajes de fe.Cada día, al despertar, agradezco a Dios por la nueva oportunidad de servirle. Mi vida ha sido un testimonio de la gracia y el poder de Dios, y mi mayor anhelo es compartir esa experiencia con los demás, para que también puedan sentir su presencia en sus vidas.

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