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Prédica Cristiana: Retén Lo Que Tienes

Texto base: Apocalipsis 3:11
“He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.”

Introducción

La vida cristiana es un camino lleno de desafíos, pruebas y bendiciones. Cada creyente, al comenzar su caminar con Cristo, recibe dones y promesas de Dios que lo fortalecen y lo guían hacia la eternidad. En Apocalipsis 3:11, Jesús nos da una advertencia clara y directa: “Retén lo que tienes.” Este llamado es más profundo de lo que parece a simple vista, y está lleno de sabiduría que puede transformar la forma en que enfrentamos nuestra vida diaria como seguidores de Cristo. Hoy, quiero que meditemos juntos en este versículo, comprendiendo qué es lo que debemos retener, por qué es importante y cómo podemos asegurarnos de mantener firme aquello que Dios nos ha dado.

1. ¿Qué es lo que debemos retener?

La frase “retén lo que tienes” implica que ya poseemos algo de gran valor. Pero, ¿a qué se refiere exactamente el Señor cuando nos pide que lo retengamos?

a. La fe en Cristo

Lo primero que debemos retener es nuestra fe en Jesucristo. La Biblia nos enseña que la fe es la base de nuestra salvación (Efesios 2:8-9). Nuestra fe es el puente que nos conecta con Dios y nos permite experimentar Su gracia y misericordia. Sin fe, es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6). Vivimos en un mundo lleno de filosofías y creencias que constantemente buscan desviar nuestra atención y debilitar nuestra confianza en Cristo. Por eso, es fundamental que cuidemos nuestra fe, la fortalezcamos y no permitamos que las dudas, los problemas o las tentaciones la erosionen.

b. La esperanza de vida eterna

Además de la fe, nuestra esperanza en la vida eterna es algo que debemos retener. El mundo nos ofrece placeres temporales y soluciones pasajeras, pero nosotros hemos sido llamados a una esperanza mayor: la vida eterna en la presencia de Dios. El apóstol Pablo nos exhorta a mantener esta esperanza viva, sabiendo que las aflicciones presentes no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros (Romanos 8:18). Esta esperanza debe ser nuestra ancla en los momentos difíciles, recordándonos que, aunque las circunstancias actuales puedan parecer adversas, tenemos una promesa segura en Cristo.

c. La comunión con el Espíritu Santo

Otro tesoro que debemos retener es nuestra comunión con el Espíritu Santo. Él es nuestro Consolador, quien nos guía, nos enseña y nos fortalece en nuestra vida diaria. El Espíritu Santo es la presencia de Dios en nosotros, el sello de nuestra redención (Efesios 1:13). Debemos asegurarnos de no apagar Su fuego en nuestras vidas, sino de vivir en constante comunión con Él a través de la oración, la adoración y la obediencia a la Palabra de Dios.

2. ¿Por qué es importante retener lo que tenemos?

Ahora que entendemos qué debemos retener, la siguiente pregunta es: ¿por qué es tan crucial hacerlo? ¿Qué nos advierte Jesús cuando nos dice que retengamos lo que tenemos?

a. Porque el enemigo quiere robarnos

La advertencia de Jesús en Apocalipsis 3:11 viene con una razón muy clara: “para que ninguno tome tu corona.” Esto nos revela que hay fuerzas que buscan quitarnos aquello que hemos recibido de Dios. Satanás, como ladrón, quiere robar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra comunión con el Espíritu Santo. Jesús mismo nos advirtió que el ladrón viene a robar, matar y destruir (Juan 10:10). Si no estamos vigilantes, el enemigo puede aprovechar nuestras debilidades, nuestros momentos de descuido o incluso nuestras pruebas para intentar arrebatarnos las bendiciones y la victoria que tenemos en Cristo.

b. Porque la perseverancia es la clave del éxito espiritual

El Señor nos llama a ser perseverantes. En varias ocasiones, la Escritura nos recuerda que aquellos que perseveran hasta el fin serán salvos (Mateo 24:13). La vida cristiana no es una carrera corta, sino una maratón. No es suficiente comenzar bien; debemos terminar bien. La perseverancia es la clave para mantenernos firmes en medio de las pruebas y las tentaciones. Santiago 1:12 nos dice: “Bienaventurado el hombre que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.” Aquellos que retienen lo que tienen, aquellos que perseveran en su fe y su confianza en Dios, recibirán la recompensa eterna.

c. Porque nuestro testimonio impacta a otros

Otra razón por la cual debemos retener lo que tenemos es el impacto que nuestro testimonio tiene en los demás. Cada cristiano es una luz en medio de un mundo en tinieblas (Mateo 5:14-16). Si permitimos que nuestra fe se debilite o que nuestras convicciones se diluyan, no solo estamos en peligro nosotros, sino también aquellos que observan nuestra vida. Retener lo que tenemos es una manera de testificar del poder transformador de Dios. Cuando otros ven nuestra perseverancia en medio de la adversidad, nuestra esperanza en medio de la desesperanza, y nuestra fe inquebrantable en Cristo, se sienten inspirados a buscar ese mismo poder en sus vidas.

3. ¿Cómo podemos retener lo que tenemos?

Sabemos qué debemos retener y por qué es importante hacerlo. Pero la pregunta práctica es: ¿cómo lo hacemos? ¿Cómo podemos asegurarnos de que no perderemos lo que Dios nos ha dado?

a. Mantente firme en la Palabra de Dios

Una de las maneras más efectivas de retener lo que tenemos es permanecer en la Palabra de Dios. La Biblia es nuestro manual de vida, nuestra fuente de sabiduría y nuestra fortaleza en tiempos difíciles. El salmista declaró: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmo 119:11). Cuando conocemos la Palabra, cuando la meditamos y la aplicamos, estamos cimentando nuestras vidas sobre una roca firme que no se moverá, sin importar cuán fuertes sean las tormentas.

b. Vive una vida de oración

La oración es la clave para mantenernos conectados con Dios y recibir la fuerza que necesitamos para retener lo que Él nos ha dado. Jesús nos enseñó la importancia de orar siempre y no desmayar (Lucas 18:1). Cuando oramos, somos renovados por el Espíritu Santo y recibimos la gracia para enfrentar cualquier situación. La oración nos mantiene alerta y nos ayuda a discernir los ataques del enemigo antes de que nos afecten.

c. Rodéate de una comunidad de fe

Dios nos ha llamado a ser parte de Su Iglesia, un cuerpo de creyentes que se apoyan mutuamente. Para retener lo que tenemos, necesitamos estar rodeados de hermanos y hermanas en la fe que nos animen, nos corrijan y nos acompañen en el camino. Hebreos 10:25 nos exhorta a no dejar de congregarnos, porque en la comunión de los santos encontramos aliento y fortaleza.

d. Confía en la gracia de Dios

Por último, debemos recordar que no estamos solos en este esfuerzo. Dios, en Su gracia, nos capacita para retener lo que tenemos. Él es quien obra en nosotros tanto el querer como el hacer, por Su buena voluntad (Filipenses 2:13). Confía en que Dios te dará las fuerzas necesarias para perseverar hasta el fin. Él ha prometido que nunca te dejará ni te desamparará (Hebreos 13:5), y Su gracia es suficiente para mantenerte firme en cualquier circunstancia.

Conclusión

“Retén lo que tienes.” Esta sencilla frase de Jesús es una invitación a vivir con un propósito, con convicción y con perseverancia. No permitas que las distracciones del mundo, las pruebas de la vida o los ataques del enemigo te hagan perder aquello que Dios te ha dado. Mantén tu fe, tu esperanza y tu comunión con el Espíritu Santo. Al hacerlo, recibirás la corona de vida que Dios ha preparado para aquellos que son fieles hasta el final.

Que el Señor te fortalezca para retener lo que tienes, y que vivas cada día con la certeza de que Su gracia es más que suficiente para ti. ¡Amén!

Alejandro Rodriguez

Mi nombre es Alejandro Rodríguez y soy un hombre profundamente devoto a Dios. Desde que tengo memoria, siempre he sentido una presencia en mi vida, pero no fue hasta un momento muy particular que esa presencia se convirtió en el centro de todo lo que soy y hago.Soy el orgulloso padre de tres maravillosos hijos: Daniel, Pablo y María. Cada uno de ellos ha sido una bendición en mi vida, y a través de ellos, he aprendido el verdadero significado de la fe y la responsabilidad. Ahora también tengo el privilegio de ser abuelo de dos nietos, Miguel y Santiago, quienes llenan mi corazón de alegría y esperanza para el futuro.La historia de mi devoción a Dios comenzó en un momento oscuro de mi vida. Cuando tenía 35 años, pasé por una experiencia que lo cambió todo. Sufrí un accidente automovilístico muy grave, uno que, según los médicos, era casi imposible de sobrevivir. Recuerdo haber estado atrapado entre los hierros del coche, sintiendo que el final estaba cerca. En ese instante, mientras luchaba por respirar, una paz indescriptible me envolvió. Sentí una mano invisible que me sostenía y una voz en lo más profundo de mi ser que me decía: "No es tu hora, aún tienes una misión por cumplir".Sobreviví al accidente contra todo pronóstico médico, y esa experiencia me llevó a reevaluar mi vida y a buscar más profundamente el propósito que Dios tenía para mí. Me di cuenta de que había estado viviendo sin una dirección clara, enfocado en lo material y lo inmediato, pero ese encuentro con lo divino me mostró que había algo mucho más grande que yo debía hacer.Así nació Sermones Cristianos, un sitio web que fundé con el único propósito de difundir el mensaje de Dios a todo el mundo. Creé este espacio para que cualquiera, en cualquier lugar, pudiera acceder a la palabra de Dios y encontrar consuelo, guía y esperanza en sus momentos más difíciles, tal como yo lo hice. Mi misión es llevar el amor y el consuelo de Dios a aquellos que lo necesitan, a través de sermones inspiradores y mensajes de fe.Cada día, al despertar, agradezco a Dios por la nueva oportunidad de servirle. Mi vida ha sido un testimonio de la gracia y el poder de Dios, y mi mayor anhelo es compartir esa experiencia con los demás, para que también puedan sentir su presencia en sus vidas.

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